Tenía que tener bastante contraste y en un principio pensé en hacerlo en blanco y negro (sí, me tira esa combinación) pero luego acabó el violeta reemplazando al negro y no me arrepiento sino todo lo contrario.
Le faltaba un toque que le diera algo especial y fue cuando apareció la solución de los dos niveles.
Como suele ser habitual, hice sólo 2 unidades. Una quedó a mi gusto y la otra acabé pelándola y dejando las dos caras a ras porque me pasé con el relleno blanco al estar demasiado espeso y mi gozo en un pozo. Menos mal que los suelo hacer bastante gordos, de 3,5 mm y al pelarlo, si no sabes que esa no era la idea, se ve muy bien y se salvó.
Le puse esencial de lavandín que se asocia bien con el color violeta.
Esta vez no usé oliva para que me quedara bien blanco. Ayudó el DT, un 2% del total de la fórmula.
Al coco, maíz y cera de abeja le acompañan manteca de cacao, aceite de almendras y jugo de aloe vera (gracias Cristina).
Esta es la historia de este nuevo trabajo.
Quizás sea demasiado pronto pero ya que estoy te deseo unas felices fiestas y que el próximo año sigamos disfrutando con nuestros trabajos.
Un cálido abrazo y gracias por estar aquí.